martes, 25 de febrero de 2014

Después de esperarte me rendí.

Después de esperarte me rendí. Días, semanas, años, décadas... Te echo de menos. No sé si tu a mi también, pero lo que es cierto es que no ha pasado nadie por nuestra cama desde que te marchaste. ¿Recuerdas aquella noche de nuestro primer beso?, yo si, y te aseguro que era el mejor día de mi vida. Estábamos en aquel parque en el cual nos solíamos ver a escondidas, yo iba masticando un chicle de menta polar, entonces, tú y aquella sonrisa pasasteis por delante mía, mi corazón palpitaba al ritmo de tu respiración.
No es por nada, pero en ese momento era la chica mas feliz encima de esta tierra. Te acercaste, me miraste a los ojos tan profundamente que pude notar tus pensamientos. Me dijiste: Qué guapa estás mi vida, te quiero más que ayer y menos que mañana, que no se te olvide. Mis pómulos me ardían, quería besarle, quería acariciarle, sentir su respiración en mi boca,... Me besó, sufrí tanta emoción que casi me atraganto con el chicle, tu reíste a carcajadas, yo estaba temblando, sentía muchísima vergüenza. Y así comenzó una bonita historia, llena de aventuras, dramas, sentimientos, lujuria, romanticismo, todo, sí, pero en mi cabeza, por las noches en mi cama. Tú, mi sueño favorito.

PD: Es mejor aprender juntos que sufrir separados

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